11 noviembre 2008

Mi retrato

Aquí una fotito mía para todos aquellos que leen este blog sin conocerme. Me la tomé hace unos días, después de agarrarme a madrazos con un chingado gato. Él ganó, pero luego de una semana hubo justicia, le apliqué el mouriñazo: le amarré las patas con cinta canela, le prendí fuego y ya cuando comenzaba a arder bonito, lo arrojé desde un quinto piso... ¡Voló muy bien, como los grandes! Después quedó hecho una plasta irreconocible que fue imposible despegar del pavimento. Falso que los gatos tengan siete vidas...

1 comentario:

Dámaso Pérez dijo...

Aunque con razguños, ese ángulo te favorece, no como en otras fotos que te han tomado donde de plano sales muy mal.
Enhorabuena!

PD: Voy a hacer una comida el miércoles 19 en mi casa, va a ser como la de la otra vez, ojalá le caigas a eso de la 1.