03 noviembre 2011

¡La dama de hielo!

El hedor es insoportable en aquel viejo sótano. Casi en automático te llevas las manos a la nariz y la boca, pero de poco sirve. El estómago se te revuelve y el vómito quema tu garganta. Tus ojos lloran… tus ojos buscan. Y encuentran en esa abultada bolsa negra lo que menos te imaginas: un trozo de pantorrilla y una cabeza humana. Escalofriante. Tétrico. Sales huyendo a tropezones.
Fuiste a arreglar una tubería y te encontraste con la muerte en su peor expresión. Se trata de uno de los crímenes más sórdidos en la reciente historia criminal de Viena, en Austria. Pero eso, ni tú ni la policía local lo saben. No ese seis de junio de 2011.
Los restos del sótano significan apenas la primera pieza de este rompecabezas macabro. Las próximas horas serán de conclusiones alarmantes. Lo peor está por venir.
VIUDA NEGRA
El sótano, ubicado en el número 1 de la calle Oswaldgasse, en el distrito vienés de Meidling, recuerda a los que aparecen en las películas de terror. Las paredes deterioradas –con problemas de humedad– apenas se pueden ver con esa iluminación lúgubre. En el piso hay polvo de años.
Todo fuera como eso. En un pequeño rincón, una bolsa y dos congeladoras. La policía sabe lo que hay, sólo es cuestión de hacerlo oficial y proceder como se hace en estos casos. No hay sorpresas: ahí está la pantorrilla y la cabeza. Y en las congeladoras, una carnicería: pedazos de cuerpos humanos que fueron cubiertos con cemento.
A un lado, otra pieza de este rompecabezas: dos rifles con mira telescópica, un bolso de mujer con una pistola adentro y herramienta. No se requirió demasiada pericia policial para dar con el nombre del principal sospechoso, en este caso mujer: Goidsargi Estíbaliz Carranza, de 32 años de edad, española, aunque de origen mexicano, quien llegó a Viena en 2006.
Justo arriba del sótano, Carranza tiene su nevería Schleckeria y eso la pone en la mira de la policía. A esto se agrega el bolso de mujer con el arma. Por el momento son sólo sospechas, pero pronto su situación cambiará para siempre.
Y es que la cabeza pertenece a Holger Holz, quien se borró del mapa en 2008 y que fue, ni más ni menos, esposo de Carranza. La identificación fue visual. En cuanto a los restos de la congeladora, son de otro hombre. Luego de un análisis de ADN, se supo que eran de Manfred Hinterberger, quien fue novio de Carranza y que desapareció misteriosamente en noviembre de 2010.
Fácilmente, la verdad estaba saliendo a la luz. Y aquí la otra pieza, la principal: Estíbaliz Carranza ya no era sospechosa… era la asesina… ¡la viuda negra!
FRÍA Y CALCULADORA
Las investigaciones policiales señalaron que la Dama de Hielo –como fue catalogada por la prensa– les disparó en la cabeza: a Holz, mientras estaba frente a la computadora; a Hinterberger, mientras dormía. Después descuartizó en el mismo departamento ambos cuerpos con una sierra eléctrica; finalmente llevó los restos en bolsas de plástico hacia el sótano. Para el martes siete de junio, la policía había girado una orden de aprehensión contra Carranza, quien apenas se enteró, salió huyendo del país.
Primero sacó todo el dinero de su cuenta de ahorros y la cerró. Apagó su celular para no ser identificada y luego compró un boleto de avión a París. Los policías la esperaban en el aeropuerto, pero Carranza nunca llegó. El boleto era un señuelo: en realidad abordó un taxi rumbo a Italia. Estando en la ciudad de Cavazzo, reservó un cuarto de hotel a su nombre. Sin embargo, lo abandonó antes de lo previsto. Tuvo suerte, pues la policía llegó momentos después.
Entonces, tomó un tren hacía Udine, donde conoció a un músico callejero que le dio alojamiento. Para ese entonces, se había pintado el cabello y las cejas de rojo, lo cual sirvió de poco, pues su imagen ya estaba por todos lados. Al ver su retrato en la televisión, el músico no dudó en dar aviso a la policía. Luego de tres días de persecución, el viernes 10 de junio por la mañana, la Dama de Hielo fue arrestada.
FIRME COMO ESTATUA
Tras su aprehensión, Carranza reconoció los dos asesinatos, pero aclaró que lo había hecho por las agresiones físicas y psicológicas que recibió de sus dos parejas. Lo que más sorprendió a las autoridades fue la frialdad con la que narró sus crímenes, de ahí el alias que le puso la prensa, que también hace alusión al hecho de que manejaba una heladería.
Extrañamente, la única preocupación de Carranza al momento de su detención era la opinión que tendría de ella su actual pareja, con quien comenzó a salir en enero de este año. Durante su huida, intentó hacerle llegar una carta en la que le pedía que se hiciera cargo del negocio, pero nunca pudo recibirla. Una vez detenida, él intentó visitarla donde la tenían recluida, pero las autoridades le negaron el acceso.
Con las pruebas en la mano, las autoridades de Viena han solicitado la extradición a la policía italiana, a la vez que han comenzado a preparar el juicio. Su pena podría ir de los 20 años a la cadena perpetua. Un ingrediente más le agrega dramatismo a esta historia: la dama de Hielo está embarazada. Tiene diez semanas de gestación y muy seguramente cuando nazca su bebé, estará apenas iniciando su condena. Hasta ahora, ni eso la ha doblado. Ella se mantiene firme como una estatua.
Sus vecinos, que la recuerdan como una mujer sonriente, trabajadora, amable y “muy bella”, no reconocen a la mujer que ven en la televisión. Uno de ellos, dijo: “La cara que vemos ahora tiene mucha frialdad, que te dice que no podrías hablar con ella; da miedo". Las imágenes no mienten. Su rostro incomoda, asusta, y pocos podrían sostenerle la mirada. (Juan Carlos Aguilar García)

02 noviembre 2011

¡Voces extrañas!

Cuando Adelfo, hoy de 13 años, sea un hombre viejo y tenga un pie en el umbral de la muerte, cuando su agonía esté llegando a su fin y esté listo para partir, en ese instante, único e irrepetible, Adelfo vivirá de nuevo la pesadilla…
Como ha ocurrido cada noche, cuando sus delirios se desatan y revolotean encima de su cabeza. La misma imagen una y otra vez: él y su hermano Alejandro corren por el monte. Es de madrugada y está muy oscuro. Lo único que ven detrás de ellos, a muy poca distancia, es a aquel hombre desquiciado que los persigue con un machete. Lo único que ven es a su padre que quiere asesinarlos…
Al final, Adelfo y Alejandro, de 11 años, resultaron ilesos. Tras permanecer escondidos alrededor de una hora, lograron burlar a su progenitor. Luego de asegurarse que no había peligro, pidieron ayuda a una vecina, quien al ver el deplorable estado en el que se encontraban los niños se imaginó lo peor.
La maltrecha apariencia de Adelfo y Alejandro era un reflejo de lo que ocurría con sus tiernas mentes, que desde entonces quedaron perturbadas.
"El niño tocó la puerta para pedir auxilio. Dijo que su papá había golpeado mucho a su mamá con un machete y que él tuvo que esconderse en el monte porque su papá lo venía correteando", contó la vecina Elizabeth Rangel Mar, quien dijo que pese a la urgencia, nadie tuvo valor para ir a la hacienda a esas horas de la madrugada del pasado sábado 29 de octubre.
RELATO TRÁGICO
Fue hasta las siete de la mañana cuando las autoridades acudieron a la hacienda, ubicada en la colonia Agropecuaria El Ojasé, a unos 20 kilómetros al norte de la cabecera de Salinas Victoria, en Nuevo León.
La familia, originaria de Xilitla, San Luis Potosí, vivía desde hace dos años en un cuarto que le proporcionaba el dueño de la finca que cuidaban.
El hallazgo fue espeluznante. No obstante que ejemplos de crímenes sanguinarios sobran en el país, nada comparable con lo que presenciaba la policía. ¿Qué diablos había ocurrido en ese lugar? El mismo autor de la masacre tendría las fuerzas para narrar todo a detalle.
Todo comenzó un día antes, el viernes 28, cuando la policía municipal detuvo a Roberto Morales Gómez, de 38 años, por agredir a su esposa. Sin embargo, algunos minutos después fue liberado a petición de la golpeada mujer.
No pasaron ni doce horas cuando Roberto comenzó a herir de nuevo a su esposa, sólo que esta vez su furia llegó a más y no dudó en ir por su machete. Comenzó la masacre. Uno, dos, tres… veinte cortes asestó a su esposa Guillermina Hernández Ortiz, de 30 años. Luego de terminar con ella, fue al cuarto donde estaban tres de sus cinco hijos.
A Israel, de nueve meses, lo intentó estrangular, provocándole un traumatismo craneoencefálico y un sangrado alrededor del cerebro. A Mariana, de dos años, la tundió tanto a golpes que le provocó una fractura craneal, mientras que Alberto, de seis años, presenta traumatismos múltiples.
Después intentó asesinar a Adelfo y Alejandro, quienes huyeron de la casa. Los persiguió por el monte y hubo un momento en el que estuvo a punto de darles alcance –vio como huían desesperados– pero al final lograron huir.
VOCES EXTRAÑAS
En su relato, Roberto aseguró que estaba maldecido, que una fuerza oculta lo llevó a acabar con su familia. Aturdido por todo lo que la voz le ordenaba, intentó suicidarse hiriéndose con su machete en el cuello, el tórax y el abdomen. Sólo quedó herido y al final fue internado en el Hospital Universitario.
Roberto fue intervenido quirúrgicamente y permanece grave, igual que sus tres pequeños hijos. En el estudio médico que le realizaron a este jornalero, se le diagnosticó esquizofrenia, con lo cual se explica “el embrujo” que padecía, según sus propias palabras.
Al final de su macabro relato, Roberto les dijo a las autoridades que él quería mucho a su familia, pero que decidió matarlos para que nadie en este mundo les hiciera daño.
No mentía, en verdad los amaba, sólo que quiso protegerlos de peligros que sólo existían en su mente enferma…
ALUCINACIONES, DELIRIOS Y TRANSTORNOS...
La esquizofrenia es un diagnóstico psiquiátrico en personas con un grupo de transtornos mentales, crónicos y graves, caracterizados por alteraciones en la percepción de la realidad. Una persona con esquizofrenia, por lo general, muestra un lenguaje y pensamientos desorganizados, delirios, alucinaciones, transtornos afectivos y conducta inapropiada.
Algunos estudios sugieren que la genética, defectos durante el neurodesarrollo, el entorno durante la infancia o procesos psicológicos y sociales son factores importantes que pudiesen contribuir a la aparición de la esquizofrenia, aunque a ciencia cierta nadie lo sabe. Ciertos medicamentos y el uso recreativo de drogas parecen causar o empeorar los síntomas.
Debido a que este padecimiento incluye varios trastornos y no uno solo, en 1908 el psicólogo suizo Eugen Bleuler sugirió la palabra “esquizofrenias” para referirse a una división de los procesos psíquicos consistente en la pérdida de correspondencia entre el proceso de formación de ideas y la expresión de emociones.
Los síntomas iniciales son sentirse irritable o tenso, dificultad para dormir y dificultad para concentrarse. A medida que avanza la enfermedad, se presentan problemas con el pensamiento, las emociones y el comportamiento, como falta de emoción (afecto plano), creencias o pensamientos falsos que no tienen nada que ver con la realidad (delirios), escuchar, ver o sentir cosas que no existen (alucinaciones), tener un pensamiento desordenado y aislamiento social.
Los médicos diferencian al menos tres tipos de esquizofrenia. La “paranoide” en la que el paciente muestra ansiedad, enfado y delirios; la “desorganizada”, en la que el paciente tiene problemas para pensar y expresar ideas, además de que muestra poca emoción y tiene un comportamiento infantil; y la catatónica: en ella hay poca actividad, los músculos y la postura están rígidos y llegan a tener expresiones faciales extrañas. No suelen reaccionar mucho hacia otras personas. (Juan Carlos Aguilar García)